Todo lo que hay que saber sobre las vidrieras de la Sainte Chapelle
La Sainte Chapelle fue encargada por el gobernante religioso, el rey Luis IX, hace unos 800 años, durante el siglo XIII. Tras haber comprado la Corona de Espinas y otras reliquias importantes a Balduino II, emperador de Constantinopla, el rey Luis IX necesitaba un lugar para guardar estas colecciones. Esto condujo a la creación de la Sainte Chapelle y a la formación de sus magníficas vidrieras.
Con una colección de 15 vidrieras, la Sainte Chapelle destaca por tener la colección más extensa de vidrieras. Narran la historia de la Biblia, desde el Génesis hasta la Resurrección de Jesús con intrincadas representaciones. Por si fuera poco, en el piso superior también hay unos 600 metros cuadrados de vidrieras. Se rumorea que el rey Luis IX tuvo que desembolsar 235 000 liras para adquirir las reliquias, pero, en cambio, solo tuvo que pagar 40 000 liras para construir la Sainte Chapelle.
También te llamarán la atención las vidrieras de rosas que se instalaron mucho más tarde, en el siglo XV, y que constan de 82 pétalos que representan el Libro del Apocalipsis de San Juan. En aquella época, como una gran parte de la población era analfabeta, las vidrieras eran más bien una herramienta de ayuda para educar a la multitud que no podía leer la Biblia.
Después de que la Sainte Chapelle fuera restaurada en el siglo XIX, se sometió a una enorme renovación en 2008. Con la ayuda de nuevas y avanzadas tecnologías, todo el proyecto se completó en un plazo de seis años, tras una inversión de 10 millones de euros, manteniendo viva la belleza de las vidrieras hasta el día de hoy. Hoy, al entrar en la capilla, notarás que el techo se abre en el más brillante despliegue de luz, mostrando los cinco colores prominentes que representan un caleidoscopio de vida.